Por Juan Pablo Ojeda
En la Cámara de Diputados se está cocinando una de las reformas más delicadas del año: la nueva ley de aguas. Y como el tema toca fibras sensibles —el uso del agua, las concesiones y el futuro de miles de familias dedicadas al campo—, la presidenta de la Mesa Directiva, Kenia López Rabadán, decidió sentarse directamente con productores de 10 estados para escuchar de primera mano qué les preocupa y qué proponen.
La reunión ocurrió justo cuando el proceso legislativo entra a una fase decisiva. Aunque ya hay un borrador de dictamen, todavía faltan dos escalones cruciales: la discusión en las comisiones dictaminadoras y la votación final en el pleno, donde los 500 diputados darán el sí o el no al documento definitivo. Es decir, todavía hay espacio para cambios, pero el reloj ya está corriendo.
Antes del encuentro, López Rabadán explicó que los productores pidieron ser recibidos para entregar sus comentarios y que ella aceptó porque “el tema lo amerita”. Y es que casi 600 mil concesiones de agua están hoy en juego; cada una representa a una familia, a una comunidad y, para muchas regiones, a la única forma de sostener sus tierras.
Los planteamientos de los productores serán integrados en una relatoría oficial, que se enviará a las comisiones encargadas de pulir el último borrador. La diputada aseguró que lo que se busca es un diálogo directo, sin rodeos y sin prisas, para que ningún sector quede fuera y para evitar aprobar algo que después se convierta en un conflicto mayor.
López Rabadán insistió en que no habrá fast track ni maniobras políticas para acelerar la votación. Dijo que el tema se analizará con reglas claras, con pluralidad y con la obligación de que todo México conozca la postura de cada bancada.
Sobre las posibles protestas o bloqueos de campesinos, la legisladora se mostró firme: todas las personas tienen derecho a manifestarse, mientras sea de manera pacífica y dentro de la ley. Reiteró que, desde su posición, respetará ese derecho y llamó a que las movilizaciones, si se dan, se mantengan en orden.
Con la sesión clave programada para el 3 de diciembre, la tensión política va en aumento. Lo que ocurra en las próximas horas podría definir el futuro de la gestión del agua en México, un tema que parece técnico en el papel, pero que en la vida real es sinónimo de sustento, territorio y supervivencia para miles de familias en todo el país.
